Sandro Querido
El primer recuerdo que tengo de Sandro es el gran paredón exterior de su casa. Vivir en Banfield, sin dudas, fue un hecho determinante para que yo supiera, desde muy pequeña, de la existencia de un tal Roberto Sánchez. Por estas zonas del Conurbano Sur aún hablamos del lado oeste y del lado este de las localidades, de acuerdo al límite marcado por las vías del Ferrocarril Roca. Sandro, al igual que mi familia y yo, vivía en el sector oeste. La que era su residencia está a escasas dos cuadras de la estación de tren y solíamos pasar por su puerta con mis viejos cuando íbamos a hacer compras “del otro lado de Banfield”, donde se halla la zona más comercial. La cuestión fue que no sé si llamó mi atención el elevado muro, que intentaba preservarlo de buena parte del mundo, o si mis padres me aportaron el dato curioso sin que yo les consultara: –Ahí vive Sandro –me informaron. –¿Y quién es Sandro? –inquirí ni lerda ni perezosa. La respuesta –cargada de todos l...