Días extraños
Escribo estas palabras con la casi certeza de que, en apenas segundos, pueden perder ya todo su sentido. Como en aquella olvidada película de Kathryn Bigelow, protagonizada por el gran Ralph Fiennes, estamos atravesando días extraños. Tan extraños que, por primera vez en cuarenta y cuatro años, lxs argentinxs no pudimos marchar el 24 de marzo, en el día de la Memoria. Días en los que parece hacerse realidad el sueño húmedo de lxs que anhelan sociedades controladas, quietitas en casa y sin chistar demasiado. Días en los que algunxs creen ver cumplido el objetivo de librarse de una buena cantidad de viejos que amenazaban con vivir cada vez más y a los que, encima, había que seguir pagándoles la jubilación. Y sí, todo indica que el COVID-19 es una herramienta ideal para la guerra del cerdo . También deben estar festejando, íntimamente, los que hasta no hace mucho tiempo querían convencernos de las bondades de aprender a vivir en la incertidumbre. Pero para la ...