En torno al 19N

Por si algunos tenían dudas, y sea cual sea el resultado del balotaje, en esta recta final del proceso electoral quedó demostrado más que nunca que no somos un país de mierda, como cierta gente se empeña en querer convencernos.

Estoy emocionada, conmocionada, por los anticuerpos contra las dictaduras, las tiranías, o como quieran llamarlas, que desarrollamos como sociedad en estos 40 años de democracia. Porque Nunca Más es Nunca Más. Y porque los derechos se defienden. Y se lucha por seguir ampliándolos.

Y así se fueron sucediendo, como una necesidad visceral de plantar bandera, distintas demostraciones individuales o colectivas, organizadas o espontáneasde lo que nos estamos jugando en esta elección.

Sin subestimar las redes sociales, se notó particularmente la importancia de poner el cuerpo, de montarse al hombro lo que ya es más que una campaña política para elegir un presidente. Es como que se prendieron todas las alarmas en muchos de nosotros que nunca pensamos que podía llegar a estar en peligro algo que fuimos construyendo desde el ‘83 a esta parte. Y así nos encontramos en un estado como de alerta y movilización permanente.

Conmueve en especial la micromilitancia. Personas que eligieron subirse a un medio de transporte o pararse en una plaza, en una esquina, en una cola del supermercado, del banco o del colectivo y contar su historia o su experiencia. Así se han viralizado testimonios de profesionales que se formaron en la educación pública, víctimas de violencia de género, sobrevivientes de centros clandestinos de detención de la dictadura, ex combatientes de Malvinas que tienen bien en claro que Margaret Thatcher cometió crímenes de guerra, mamás de chicos discapacitados, jubilados…

Sean cual sea el resultado de las elecciones del domingo 19 de noviembre, esta reacción que tuvo buena parte de la sociedad habla muy bien de nosotros.

Después está ese puñado de violentos que solo sabe escupir odio.

Y también están los que responden como pueden ante el desamparo al que están expuestos desde hace demasiado tiempo porque no se supo, no se pudo, no se quiso…

Pero también están los irresponsables que no miden las consecuencias de sus actos y luego son los primeros en quejarse porque el tipo al que votaron los está literalmente cagando. Y eso que les avisó.

Gane quien gane el balotaje, espero que nos quede bien en claro que no hay que dar todo por hecho, ni por sentado y que hay que cuidar lo conseguido. Siempre. Y que no hay que volver a distraerse “ni un tantito así”.

Ojalá el domingo 19 a la noche despertemos de esta pesadilla de Falcon verdes, amenazas y locura desmadrada y destructiva en la que algunos nos quieren sumergir y que el 10 de diciembre nos encuentre festejando estos 40 años de democracia.

Y si no, a seguir, a no bajar la guardia. Siempre a seguir.


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