En estos días
Son tiempos estos en
lo que todo parece volverse inmediato y virtual. Tiempos donde las
peores pesadillas futuristas escritas y/o filmadas amenazan con
quedar a la altura de un poroto. Tiempos en los que muchos se
deprimen o se ofenden si no les dan un “me gusta” y en los que
hasta se compran seguidores en las redes. Tiempos en los que,
literalmente, se muere por una selfie.
Estamos viviendo la
dictadura de internet y de sus algoritmos. Y se ha naturalizado el
adaptarse a sus caprichosos designios con tal de quedar bien ubicados
en un entramado macabro que nos tiene consciente o inconscientemente
prisioneros.
Ese Gran Hermano que
sabe todo de nosotros e influye en nuestras decisiones y en nuestras
elecciones -y que nos miente descaradamente- no sabemos hasta dónde
puede llegar ni a dónde nos llevará.
También son tiempos
en los que los que pretenden quedarse al margen de esta telaraña, los que se resisten a ser "etiquetados", son
vistos casi como los nuevos impíos. O son directamente ignorados por
pretender no existir en ese mundo intangible.
Por eso, en estos
días extraños le digo “¡ole!” al algoritmo de turno, a las
keywords, al bendito SEO y a toda la batería de herramientas que me
ofrecen para “posicionarme” y simplemente me valgo de las
palabras y de las imágenes para comunicar lo que pienso, como quien
tira una botella al mar, a la espera de que la marea la devuelva y
alguien se interese en leer el mensaje guardado en ella.
Desde este sur del mundo les doy la bienvenida a Gota de marea.
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