Sobre bueyes, canciones, sueños y porvenires


“El sueño se hace a mano y sin permiso, arando el porvenir con viejos bueyes”, canta Silvio Rodríguez en el mítico tema de apertura de su maravilloso Tríptico 2, editado en 1985. Pero a estas palabras de Llover sobre mojado le respondió el tempranamente fallecido Santiago Feliú en su canción Por cuántos lados hay que defender la paz, cuando dijo: “Los bueyes con que aramos se deben cambiar”.

Más allá de puntos de vista atravesados por la realidad cubana de ayer, de hoy y de siempre, estos versos me vinieron a la memoria a propósito de la definición de Axel Kicillof sobre que hay que componer una nueva canción, frase más vigente que nunca en estos días de gobierno de ultraderecha ajustadora.

Y ya lo creo que sí, hay que buscar nuevas letras y melodías. Pero ojo, que una cosa no quita la otra. Es que tanto Silvio como Santiago tenían su parte de verdad en cuanto a los bueyes. Porque convengamos que cambiar los bueyes con que aramos no garantiza que sean nuevos o buenos, aunque algunos insistan en tropezar con la misma piedra de esa palabrita que consideran mágica per se: cambio.

También creo que Axel eso lo tiene más que claro. Y lo dejó bien explicitado en su discurso de asunción de su segundo mandato como gobernador bonaerense, al señalar que “esos 12 años maravillosos” de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner “deben ser convertidos en un manual sobre cómo gobernar con coraje y amor a la Patria”.


Cristina en rojo y verde

Se ha dicho hasta el cansancio, y lo suscribo, que CFK es esa  estadista que siempre ve más allá que el resto y se adelanta por varios cuerpos (y años) a la mayoría de nosotros.

En 2019 escribí en este mismo blog: Si la gran visión política de Cristina le permitió realizar la jugada maestra de ungir a Alberto como candidato a presidente, no menos maestra fue la jugada de ubicar a Axel en la provincia de Buenos Aires.

Hoy estoy convencida de que cuando lo eligió a Kicillof para que disputara la gobernación de Buenos Aires, dando por descontado que la ganaría, estaba pensando, sobre todo, en el 2023. Porque sabía que Alberto era su gran apuesta para que el peronismo llegara a la presidencia otra vez pero todo era incierto en cuanto a sus posibilidades como gobernante. (Y encima la pandemia, la sequía, la guerra, el poder real acicateando constantemente con sus espadas políticas, mediáticas y judiciales... Qué les voy a contar). Por eso Cristina debía asegurar un bastión, un lugar desde donde resistir y reconstruirse de ser necesario. Porque en Axel siempre confió. Y no tenía dudas de que iba a cuidar lo reconquistado en el ‘19.

Y allí está Kicillof el que tomó el bastón de mariscal que indicó CFK y se animó a decir lo de componer una nueva canción, además de cantar los grandes hits del peronismo comenzando su segundo mandato.

Y Cristina parece que le sigue danto pista nomás. No solo con su presencia en La Plata, acompañando la jura, sino desde su atuendo. Muchos señalaron ese detalle. Es que viniendo de la dos veces presidenta, no debe ser casualidad que usara el rojo en la asunción del supuesto libertario y el verde para Kici.


Nuevos apuntes sobre Axel

Tanto en su discurso en la Legislatura bonaerense como en el que pronunció frente a la militancia que lo acompañó en la Plaza San Martín, Kicillof no dejó dudas de que se erige como el líder de la oposición al gobierno nacional, proyectándose ya como el presidenciable que fue desde siempre. Y, a diferencia de Milei, habló de democracia, de derechos humanos, de Malvinas y de justicia social, carajo.

“Quiero agradecer a los y las bonaerenses por esta nueva responsabilidad. (…) El pueblo dijo con claridad que lo que falta en materia de vivienda, salud, educación e infraestructura no se consigue ni con motosierra ni con ajuste, sino que hacen falta más derechos, y más y mejor Estado”, señaló.

También enfatizó que “con individualismo y egoísmo no se va a salvar nadie porque no se puede vivir alegre y realizado en una sociedad donde el resto no lo está. Por eso estamos orgullosos de que el Estado le dé posibilidades a aquellos que no la tienen”.

Y recordó: “Tenemos convicciones muy claras. La dignidad no es un negocio, los derechos no se miden por las ganancias económicas, la solidaridad no es ni cálculo ni transacción, la libertad solo es posible si hay igualdad, la vida no es un mercado y la Patria no se vende”.

En estos tiempos de aniversarios bastante aguados para muchos de nosotros porque convengamos que no está bueno estar cumpliendo 40 años de democracia en estas circunstancias en las que hay poco que festejar y sí mucho que reflexionar, replantearse y ver cómo seguirAxel también habló de Resistencia. De eso sabemos bastante por estos lados del sur del mundo. Y también sabemos de renacer de las cenizas y reinventarnos.

Habrá que ver cómo la provincia de Buenos Aires, con Kicillof en el timón, consigue sortear la motosierra autopercibida libertaria que quiere llevarse puesta al país. Ojalá lo logre. Ojalá lo logremos.

Porque volviendo a las canciones, como decía un catalán y rubricó Fito Paéz, hace ya también cuarenta años, lo importante es seguir tratando de crecer y no de sentar cabeza. Y nunca dejar de perseguir sueños de porvenires más venturosos.



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