El año que vivimos pandemiosamente


Todxs queremos creer que este 2020 que está llegando a su fin será el peor año del resto de nuestras vidas. Sin embargo, ningún futuro está comprado ni puede asegurarnos luminosidad. Sobre todo si seguimos cometiendo los mismos errores que llevaron a que se desatara esta pandemia.

Así que nada de cantar victoria ni de festejar por anticipado que, por más vacunas que empiezan a aplicarse, la cosa va para largo y el resultado todavía es incierto.

No es que quiera aguarles la fiesta, pero buena parte de la humanidad actúa como si la cosa hubiera terminado en medio de un rebrote furibundo del virus. Y este dislate habrá que ver en qué deriva.

Más allá de la nuevas cepas, no habría que dejar de señalar que una buena dosis de idiotez humana está siendo aprovechada por el virus desde hace rato para permanecer, mutar y expandirse a toda velocidad por el planeta.

Aquí todo parece indicar que tenemos la segunda ola a la vuelta de la esquina. Pero la mayoría actúa con displicencia.

Entre las fiestas clandestinas, los encuentros por navidad y fin de año, el gran movimiento en las calles, el barbijo mal puesto o inexistente de muchxs y el distanciamiento social cada vez menos respetado, salvo que el coronavirus se rija por cuestiones desconocidas, presiento que la segunda ola nos va a llevar puestos más temprano que tarde.


Qué año de mierda el 2020, ¿verdad?

Está difícil para los balances porque la pandemia todo lo distorsionó, aquí y en el resto del mundo. Igual creo que se pueden mencionar algunas cuestiones:

-Ningún pueblo, ciudad, provincia o país debería depender solo del turismo como ingreso principal de su economía.

-Sin Estado presente, pero en serio, los habitantes de este mundo estamos en el horno.

-Las derechas son horribles cuando gobiernan y son peores cuando caranchean desde la oposición.

-No queda duda alguna de que Cristina es el más inmenso cuadro político, como dice Eduardo Aliverti. De lejos y por muchísimos cuerpos, agrego yo. 

Sobre el primer año de gobierno de Alberto Fernández poco voy a decir porque tuvo que remarla con la pandemia del coronavirus y también con la que dejó el macrismo. Y bastante airoso salió.

Me queda más que claro que muy distinta hubiera sido la historia si seguían gestionando los delincuentes de Cambiemos en este año que vivimos pandemiosamente. Debemos dar gracias, entonces, de que estamos atravesando esta situación inusitada mientras gobierna el Frente de Todxs.

Se termina el 2020 pero solo es un cuestión de calendario. El 2021 va a ser difícil y buena parte de él vamos a tener que seguir manteniendo esta “nueva (y horripilante) normalidad” que impuso el Covid-19.

Así que habrá que seguir armándose de paciencia y, tal como dijo Kicillof, seguir cuidándonos nosotrxs y -de esta manera- cuidar a los demás, aún a los que no se cuidan.


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